La revista científica Science ha vuelto a dedicar un espacio entre sus páginas a la sierra de Atapuerca. En esta ocasión, la estrella es el yacimiento de la Sima de los Huesos. Este yacimiento es sin duda un lugar excepcional. Se sigue debatiendo el origen de la acumulación hace aproximadamente 430.000 años de un mínimo de 28 cadáveres en un espacio recóndito, profundo y reducido. El nivel geológico en el que se encuentran los restos esqueléticos fosilizados de estos homininos no tiene más de 25 metros cuadrados y una profundidad máxima de poco más de 50 centímetros. La única herramienta de piedra encontrada hasta el momento (el bifaz Excalibur) es tan excepcional como el propio yacimiento y todo apunta a una acumulación intencionada de esos cadáveres. Si la hipótesis sigue resistiendo el paso del tiempo, será difícil averiguar las razones por las que otros seres humanos arrojaron los cadáveres de sus congéneres en aquel lugar.
Después del hallazgo de los primeros 17 restos fósiles por el investigador Trinidad de Torres, allá por el año 1976, las excavaciones sistemáticas de la Sima de los Huesos comenzaron en 1984. Nada fue sencillo en este lugar, de difícil acceso y cierta peligrosidad. No obstante, al día de hoy, el número de restos humanos catalogados supera la cifra de 6.500. El trabajo de reconstrucción de las diferentes partes esqueléticas está siendo un trabajo de paciencia y conocimientos muy precisos de anatomía. Varios miembros del equipo de investigación se han especializado en la identificación de los fragmentos más pequeños recuperados cada campaña de excacación.
No menos importante ha sido el estudio de la geología y la geocronología de la Sima de los Huesos, sin olvidar las investigaciones de otros fósiles de vertebrados y un sinfín de tareas ingratas. Aunque poco a poco se han ido realizando varias tesis doctorales y un número importante de publicaciones científicas en las tres últimas décadas, la revista Science publica una síntesis de los esfuerzos de todos estos años.
Quizá lo más espectacular de este trabajo sea la posibilidad de ver la reconstrucción de varios cráneos muy completos, que han triplicado el número de ejemplares conocidos hasta la fecha en toda Europa durante el Pleistoceno Medio. Pero no menos importante ha sido el trabajo de conocer a fondo el yacimiento en condiciones muy complejas. La cronología de la Sima de los Huesos ha sido siempre un tema delicado, lleno de incertidumbre y con cifras que no convencían ni a unos no a otros. Los datos que se publican ahora, con una fecha muy probable de 430.000 años, parecen ser del agrado de todos. Esa fecha coincide con un momento de gran actividad humana en la sierra de Atapuerca, a tenor de lo que ya conocemos en otros yacimientos, como Gran Dolina y Galería.
En este trabajo por fin se reconoce lo que cada vez era más evidente: los homininos de la Sima de los Huesos no encajan en la especie Homo heidelbergensis. Sus diferencias con otros fósiles contemporáneos europeos es muy notable y refuerza lo que hemos venido apuntando en este blog. La población humana de Europa del Pleistoceno Medio fue muy diversa, debido a largos períodos de aislamiento por el intenso frío de las épocas glaciales. La península Ibérica fue un verdadero “fondo de saco”, donde muchas especies derivaron hacia formas muy particulares. Los humanos de la Sima de los Huesos están sin duda relacionados con los Neandertales, porque comparten con ellos un número importante de las características morfológicas de la cara, los dientes y el esqueleto postcraneal; pero tampoco son verdaderos Neandertales (Homo neanderthalensis), porque el neurocráneo es muy diferente. Este trabajo abre una nueva ventana para el debate sobre la taxonomía y la filogenia de las poblaciones humanas del Pleistoceno, que sin duda propiciará esta nueva publicación en Science. Cuando todo parecía resuelto en la evolución humana en Europa, los humanos de la Sima de los Huesos irrumpen de nuevo con fuerza para volver a empezar, pero esta vez con 6.500 fósiles encima de la mesa.
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