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Excavación en el nivel TD10 del yacimiento de la cueva de Gran Dolina.

El día 1 de julio comienza una nueva campaña de excavación en la sierra de Atapuerca. Como en 2013, tendremos una campaña corta, debido no solo a los recortes económicos, sino a que todo el equipo está realizando los preparativos para recibir a cerca de 3.000 científicos en Burgos, cuando la primera semana de septiembre se celebre en esa ciudad el XVII congreso mundial de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas (UISPP). Nuestra elección de la ciudad de Burgos como sede del congreso está obviamente relacionada con la proximidad de los yacimientos de Atapuerca, que serán visitados por la mayoría de asistentes al congreso.

Como es lógico, los medios de comunicación se interesan siempre por los objetivos de cada campaña de excavación. En realidad, la pregunta tendría que ser formulada de una manera diferente: ¿cuáles son los objetivos del proyecto científico que nos mueve a excavar en los yacimientos de la sierra de Atapuerca? No cabe duda de que se trata de una pregunta muy enrevesada, pero ese es el planteamiento correcto.

Cuando un equipo de profesionales de la arqueología o de la paleontología realiza su primera prospección en un yacimiento tiene ya una serie de hipótesis en su cartera, que volverá a replantearse a medida que avanzan los trabajos. Cuando la excavación progresa hasta un cierto punto, los científicos terminan por diseñar un minucioso proyecto repleto de cuestiones, que las excavaciones podrían responder. En definitiva, las excavaciones no representan una aventura romántica en busca de hallazgos relevantes. No cabe duda de que las excavaciones casi siempre sorprenden con descubrimientos inesperados y muy gratificantes, pero detrás del trabajo de campo existe siempre un proyecto bien planificado, que pretende resolver una serie de problemas científicos. Las hipótesis con las que trabajamos solo pueden ser contrastadas con los datos empíricos que se consigan con el trabajo de campo.

El proyecto científico de Atapuerca tiene una larga lista de hipótesis de trabajo que se ha ido confeccionando a lo largo de 35 años. Algunas de estas hipótesis ya han sido rechazadas por los hallazgos, mientras que otras siguen abiertas. Generalmente, después de cada campaña surgen nuevas preguntas que, con el paso de los meses terminan por convertirse en hipótesis de trabajo para futuras campañas. Cada cierto tiempo, el equipo investigador resume sus resultados y plantea el diseño de un proyecto renovado.

En cualquier caso, el objetivo general será siempre conocer a los actores que protagonizaron el poblamiento de Europa y comprender cada vez mejor el contexto y el escenario evolutivo en el que se sucedieron los hechos a lo largo del último millón y medio de años. Nos esperan varias semanas de trabajo de campo, siempre emotivo y fascinante.