En el post anterior hablé del nivel TD4 de Gran Dolina. Sus restos fósiles y sus herramientas de piedra tienen casi un millón de años. En esta campaña se esperaba obtener numerosos restos, que ya se veían en el corte estratigráfico. Por lo que ya se conocía de este nivel, parecía que los hallazgos serían muy repetitivos: osos, ciervos, rinocerontes…., pero nadie esperaba encontrar un resto de macaco. No es que fuera imposible, pero si extraño en una superficie de pocos metros cuadrados como la que se explora en la actualidad en este nivel. Pero ahí estaba el pequeño trozo de mandíbula de este cercopitécido de la especie Macaca sylvanus, con sus dientes característicos de cúspides puntiagudas.
El género Macaca surgió a finales del Mioceno, hace unos 5,5 millones de años. La especie más antigua conocida de este género es precisamente Macaca sylvanus, que ha sobrevivido hasta la actualidad. Esta especie, conocida como el “macaco de Berbería”, se extinguió de nuestro continente hace unos 30.000 años debido al efecto de los fríos glaciales y tal vez al exceso de caza por parte sus múltiples predadores. En la actualidad se trata de una especie en vías de extinción, tan solo localizada en algunas regiones del norte de África.
En algún momento histórico la especie fue introducida en Gibraltar, donde se formó un pequeño grupo. Durante la segunda guerra mundial se trasladaron una docena de ejemplares al Peñón para preservar su estabilidad genética. Allí se han reproducido y viven en libertad. Su atractivo turístico les permite mantenerse como una pequeña población estable de unos 300 ejemplares, sin riesgos aparentes. Salvo por este detalle, la especie Macaca sylvanus ya no vive en Eurasia.
En el nivel TE9 del yacimiento de la Sima del Elefante se había encontrado algún diente del género Macaca, que testificaba la presencia de este primate en el Pleistoceno Inferior de la sierra de Atapuerca, como sucede en otros yacimientos de la península ibérica (Quiba, Murcia).
Estos primates son omnívoros. Se alimentan de frutas, raíces, hojas, insectos y su peso no pasa de los 12-13 kilogramos. Su presencia en los yacimientos es muy rara, precisamente porque sus poblaciones no son abundantes. Viven en grupos de 10 a 30 individuos y son tan territoriales como otros primates. El resto encontrado en TD4 pudo ser un ejemplar cazado por algún predador, incluidas las águilas, cánidos o la propia especie humana de entonces, como lo fueron otras presas encontradas en el yacimiento.
Queda pues constancia definitiva de la presencia de este primate en la sierra de Atapuerca.
José María Bermúdez de Castro
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