Las investigaciones sobre la evolución humana, y en particular las que se relacionan con el estudio de los neandertales, están de enhorabuena. Nos llega la noticia de que se están realizando nuevas excavaciones en el yacimiento de la cueva de Shanidar, en la región del Kurdistán del norte de Irak. Además, la noticia llega gracias al descubrimiento de nuevos restos humanos de Homo neanderthalensis.
Este yacimiento es sin duda uno de los más importantes del mundo para el estudio de los neandertales. Entre 1951 y 1960, el yacimiento fue excavado por el norteamericano Ralph Solecki. Aparecieron cientos de herramientas musterienses y restos humanos fósiles de hasta nueve individuos. El décimo individuo (varios restos de las extremidades inferiores) se identificó entre los numerosos restos óseos que llegaron a Institución Smithsonian.
La cueva de Shanidar se hizo muy popular gracias a la conocida novela El clan del oso cavernario (Jean M. Auel, 1980), en la que la autora da vida a los restos fósiles de los neandertales de Shanidar para crear a sus protagonistas. Aunque la escritora tomó muy buena nota de todos las características físicas que le dieron los expertos para dar vida a los personajes de su novela, la época en la que fue escrita denota las carencias de conocimiento sobre la especie en ese momento. No obstante, Jean Auel se adelanta a su tiempo al contarnos la relación sexual entre la protagonista Ayla, huérfana de un clan de Homo sapiens, y uno de los miembros del clan de los neandertales.
Pero no quiero hablar de esta novela, que sin duda muchos/as lectores/as conocerán de sobra, sino de la noticia de nuevos hallazgos en Shanidar. Desde la llamada Guerra del Golfo (1990) hasta las siniestras noticias bélicas de los últimos tiempos, Irak ha sufrido una enorme devastación. Como bien sabemos, su patrimonio, que es de toda la humanidad, ha sufrido pérdidas irreparables. Quizá se sabe menos del patrimonio que testimonia la evolución humana en la región. Solo dos de los diez individuos neandertales recuperados del yacimiento de Shanidar permanecieron a salvo en la Institución Smithsonian (Shanidar 3 y Shanidar 10). El resto de los fósiles y del registro arqueológico parece estar en paradero desconocido, aunque se conserven moldes de cierta calidad de los fósiles humanos.
Por eso es una gran noticia que se puedan llevar a cabo excavaciones en una región tan peligrosa como es el Kurdistán. La investigadora británica Emma Pomaroy contaba hace unos días a la cadena de televisión Kurdistan 24 los nuevos hallazgos en Shanidar, que incluyen un nuevo cráneo de Homo neanderthalensis. Imagino que aun tardaremos en ver un estudio pormenorizado de estos restos en alguna revista científica, pero la noticia es muy alentadora.
Por otro lado, y como ya expliqué en el post anterior, el suroeste de Asia es una región en la que tenemos grandes esperanzas para encontrar ese momento en que una población se destacó de los homininos que muchos identifican con Homo erectus, para convertirse en el linaje que daría lugar a Homo antecessor, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens, sin olvidarnos de los denisovanos. Esperemos que los conflictos bélicos cesen algún día en esta región del planeta, que desde hace casi dos millones de años ha sido clave para el devenir del género Homo y de nuestra propia especie.
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