Hace poco más de tres años que se inauguró el Museo de la Evolución Humana en la ciudad de Burgos. Por sus salas ya han pasado miles de visitantes, muchos de los cuales se preguntan si los fósiles humanos, que se guardan en dos salas con muy poca iluminación y una temperatura inferior a la del resto del recinto, son copias de los originales. La pregunta tiene mucha lógica, porque en ningún museo del mundo se exponen originales de fósiles humanos. Se trata de piezas únicas, muy escasas y de enorme valor científico, por lo que todos los museos optan por exponer copias de gran calidad obtenidos a partir de los originales, cuando estos tiene una gran antigüedad.
Mientras se llevaban a cabo las obras de este museo se puso encima de la mesa la posibilidad de exponer originales. Aunque los científicos éramos favorables a esta opción, la opinión de las personas expertas en restauración y conservación que colaboran con el proyecto científico de Atapuerca era muy importante, sino decisiva. Estos profesionales impusieron una serie de condiciones. La iluminación y las condiciones ambientales tendrían que ser muy particulares y se tendría que realizar un seguimiento de conservación. No podemos olvidar que los fósiles se mantienen durante miles de años enterrados en un ambiente muy constante, que cambia de manera brusca al ser expuestos a la luz, a cambios constantes de humedad y temperatura, a la acción de microorganismos y a la manipulación por parte de los científicos
Pero todos sabemos que los visitantes del Museo de Prado o del Museo Reina Sofía de Madrid, por citar dos lugares de enorme prestigio, no acuden a ver copias de las obras de arte que se exponen en ellos. Los visitantes quieren contemplar y emocionarse ante los originales. Esa misma filosofía guió nuestras reflexiones. Es por ello que las personas que visitan el Museo de la Evolución Humana de Burgos pueden ver, entre otros, los originales del cráneo número 5 de la Sima de los Huesos de Atapuerca (Miguelón), la pelvis más completa del mundo (Elvis), también recuperada de este yacimiento de medio millón de años de antigüedad, o la cara del chico de la Gran Dolina, que representa a la especie Homo antecessor. Solo por ello merece la pena visitar este museo, donde se puede aprender, pasar un rato agradable o averiguar que la cuna de los primeros europeos se encuentra en yacimientos españoles.
Quizá resulte muy complicado conseguir la celebración de unos juegos olímpicos o que la imagen de España no sea la que todos desearíamos; pero nadie nos puede negar el hecho de que la totalidad de la prehistoria de nuestro continente puede contarse a partir del estudio de yacimientos ubicados en la península Ibérica. Una parte de ese orgullo está a nuestro alcance en un museo de Burgos, que merece la pena visitar.
Jose María, es algo que nos tiene que enorgullecer a todos los españoles. Gracias a personas como tú y el resto de co-directores, Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell (y alguno más), tenemos la oportunidad de ver los fósiles del Homo antecessor, Miguelón y otros más, incluso el bifaz «Escalibur» originales. Pienso que hasta gente como yó (defensor a ultranza de la Evolución) debíamos intentar formar a mas personas en Ayuntamientos, Colegios, etc., para que no ocurra como pasó el otro día con un vecino mio. Visitó Burgos y el Museo de la Evolución, le gustó y en ese momento le expliqué varios detalles que hicieron darle mas importancia a su visita. Ahora sabe que en esas trincheras de Atapuerca han aparecido fósiles de 1,4 millones de años. Gracias a vosotros y voy a hacer lo posible por hacerlo con mas gente.
Gracias por hacer y difundir ciencia. Ojala convenciéramos a nuestros conciudadanos (que son los que votan a los políticos) de que el conocimiento es lo que hace a un país potente y rico al igual que el desarrollo de la tecnología y la cultura hizo del hombre lo que es.