La semana anterior escribía sobre la capacidad de nuestra mente para crear y comprender símbolos y sobre las infinitas posibilidades que ofrece esta forma de comunicar. Los expertos en mercadotecnia (markenting) lo saben muy bien. Se trata de ser más eficaces que tus competidores para satisfacer las necesidades del mercado. El objetivo son los consumidores, a los que tiene que llegar un mensaje atractivo a través de los sentidos. Cuando el procedimiento utilizado para comunicar ese mensaje es visual siempre ha de aparecer una imagen fácil de recordar, que identificará sin ambigüedades el producto que se desea vender.
Por descontado, cuantas más veces veas esa imagen (logotipo) mayor familiaridad tendremos con él. A fuerza de visualizar el símbolo que define un determinado producto tendremos cada vez más confianza en sus valores. Nuestra mente identificará como propio ese símbolo y le guardaremos fidelidad. No hay secretos. Los empresarios invierten millones en introducir un producto en la sociedad. Cuando ese producto ha logrado penetrar en las mentes de millones de personas, el logotipo tiene la fuerza suficiente como para rememorar las propiedades de ese producto (sabor, olor, textura, propiedades, etc.).
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