Hace ya varias semanas escribía sobre el tribalismo como un comportamiento ancestral de los seres humanos, fuertemente influido por nuestra capacidad simbólica. La consecuencia más inmediata del tribalismo es la xenofobia. El recelo y el rechazo abierto hacia aquellos individuos que no pertenecen a nuestro grupo es un comportamiento universal. No se trata solo de racismo o rechazo étnico, sino también de la desconfianza que suscitan personas que no son de nuestra religión, ideario político, o seguidores de nuestro equipo deportivo de toda la vida. En ese sentido, la xenofobia es gradual y proporcional a la causa del rechazo. Podemos tolerar que nuestro vecino sea seguidor del eterno rival, pero es más complicado aceptar a personas que practican una religión distinta de la nuestra.
La xenofobia es un comportamiento que puede sumarse a la lista de caracteres heredados por el ser humano, quizá desde hace millones de años, como nos muestran los experimentos con especies de primates muy alejadas a Homo sapiens en términos filogenéticos. El rechazo de los grupos de chimpancés (Pan troglodytes) hacia sus congéneres de otros grupos es bien conocido. Si añadimos el fuerte componente cultural de nuestra especie, la desconfianza que sentimos hacia los que no son iguales a nosotros puede alcanzar niveles patológicos que todos conocemos.
La pregunta inmediata es si tenemos que renunciar a la búsqueda de la tolerancia o se trata de un ejercicio inútil ¿Determinan nuestros genes el comportamiento xenófobo? Si atendemos a lo que nos enseñan las investigaciones de los primatólogos, es evidente que desterrar la xenofobia puede ser una quimera. Sin embargo, también sabemos que la expresión génica está en buena parte regulada por el medio. La convivencia es posible si desde niños nos educamos en la tolerancia. El cerebro tiene suficiente plasticidad como para descubrir la riqueza de la diversidad cultural y la enorme igualdad en términos genéticos de todos los individuos de la especie. Es cuestión de aprendizaje. Es triste y descorazonador que muchos dirigentes hayan utilizado y sigan utilizando la xenofobia como un método infalible para unir voluntades y conseguir adhesiones.
Nos queda la esperanza de que algún día los medios de comunicación y las fuentes oficiales nos anuncien la existencia de vida inteligente en otros planetas. Es posible entonces que la identidad de la especie sea más fuerte que la tendencia hacia el rechazo de quienes no son iguales a nosotros.
La xenofobia tiene una función natural POSITIVA, por preservadora, para los pueblos, tal como las garras del oso. Aunque cada vez más sabemos que el Nuevo Orden Mundial, el sionismo, intenta «desterrarla» en base a oscuros intereses que tienen más que ver con la globalización económica, la libre circulación de capital humano en pos de un gobierno mundial sobre una humanidad homogénea étnica y culturalmente, GRIS. Está naciendo una resistencia a todo ésto, una nueva filantropía y verdadera defensa de la Humanidad y su diversidad natural, preservada por instintos como la «xenofobia», que algunos (unos por infamia, otros por buenas intenciones pero falta de conocimiento) intentan «desterrar». Y aquí es dónde el Sistema haría eso que el sabio medievalista francés Guy Bois llama «la satanización de las resistencias». La naturaleza no puede ser satanizada impunemente.
Corríjanme si me equivoco al pensar que las gentes de la cueva se relacionaban con otros grupos cercanos bien por parentesco (amigos -aliados), o eran competidores (enemigos) o bien se podían incorporar a la tribu por vía gastrointestinal previo deshuese, o quizá de todas estas maneras, dependiendo del momento; me explicaré:
Ignoremos por un momento las altas miras del proto homo sapiens y volvamos al antrophomorphus opportunist y su punto de vista oportunista.; Si la otra tribu tenía algo interesante (comida , etc), convenía acercarse a ellos aver que se podía rascar; si por el contrario estos venían buscando algo, ya no se les ponía la misma cara ,lo que efectivamente era gradual a tus/sus necesidades, a tus/sus fuerzas, etc, por lo que era una reacción al «nos vienen a quitar las manzanas / etc » motivo puramente económico proveniente desde que unos monos tenían un árbol con más manzanas que otros, por lo que alguno más oportunista que los demás con la «excusa» de mejorar o proteger «sus recursos» y la vida o el estilo de vida de sus congéneres a cambio de seguirle (autoridad y ceder ciertos derechos que permitan llevar a cabo su simple plan) y aquí entra el «sese decipiendum» es decir nos autoengañamos y le seguimos , enseñamos los dientes, ponemos mala cara, tenemos miedo a perder nuestra manzana; vamos a la guerra, matamos, nos matan , permitimos que se elimine a los que no vayan con el plan y un sin fin de barbaridades en nombre «de» justificando incluso la eliminación de enfermos y disminuidos en aras de tener mas recursos ),No pueden parar pues si no pierden los numerosos privilegios que han obtenido y se llega al desatre; evidente.
¿Como se va a solucionar un problema de humanos matando a humanos?; de Perogrullo
Asombrosamente no hace falta ir la la prehistoria para encontrar numerosos casos incluso muy recientes: los regímenes comunistas, hitler, imperios de todas clases, incluso civilizaciones y culturas, etc.
El caso del contacto de los conquistadores al llegar a América ilustra como se maneja este comportamiento cuando conviene: los lugareños no sintieron este rechazo porque en principio vinieron con baratijas y regalos y estaban en minoría ¿que podían querer de ellos si además tenían cosas mejores y mas avanzadas? Los conquistadores , con otro interés, se acercaron también amistosamente al estar en franca minoría; otro comportamiento hubiera supuesto su inmediato exterminio (p.j los vikingos varios siglos antes) incluso les ayudaron a derrotar a rivales cercanos e incluso conquistaron imperios (Atento con su vida inteligente en otros planetas, no nos pase lo mismo)
¿Por que caen estos imperios?: porque se habían vuelto opresivos hasta lo absurdo (rituales Mayas, Duro código Hitita, etc, )en ese proceso, y sus gentes, lejos de unirse contra el invasor, lo vió una oportunidad de liberarse, pasase lo que pasase no podía ser peor que lo que ya había y por supuesto lo aprovechó el propio invasor.
Por tanto parece difícil… el tema es que sin embargo se han dado logros asombrosos en el campo contrario, salvando humanos; la gente se ayuda en épocas de necesidad, la medicina avanza cuidándonos, se cuida de los ancianos y los enfermos, por lo que podemos disfrutar de Stephen Hawking y de la tarta de manzana de la abuela en Navidad. Pero esto se ha dado desde la prehistoria, Así se han trasmitido conocimientos y tecnología, incluso los cristianos, el movimiento hippie y las ONG son casos asombrosos sin olvidar el estado del bienestar con su origen Victoriano;
Creo que la educación y la información son fundamentales pero hay que eliminar la xenofobia económica, madre de todas las demás; tenemos que darnos cuenta y prisa antes de que la historia cambie y se lleve nuestro sistema o caigamos en otro autoengaño. Espabilemos.
Solidaridad y sensibilidad son la receta y estas sí son humanas. Seamos sapiens.
Buena suerte y buenas noches.
El hombre de Piltdown
Gracias por la foto. Algo así seremos o serán los que queden o vengan, o un cerebro en un frasco de cristal sobre un ciborg, o ninguna de las dos cosas, según lo que somos. Voy al zoo y no acabo de ver como por la mañana en vez de un plátano tengo una máquina de afeitar. Me gusta el plátano. ¿Lo compartimos?
Esperemos que la identidad de especie pueda aparecer sin necesidad de la existencia o conocimiento de comunidades extraterrestres. Lo podemos y debemos hacer solos.