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Aspecto de la excavaciones en el Portalón de la Cueva Mayor durante la campaña de 2014.

Los yacimientos de la sierra de Atapuerca son conocidos por los hallazgos de fósiles humanos y utensilios de piedra del Pleistoceno. El rango cronológico de estos hallazgos comprende un largo período de tiempo entre hace 1,3 millones de años y 50.000 años, aproximadamente. Sin embargo, la riqueza arqueológica de perídodos recientes también es extraordinaria. Mi predicción es que dentro de algunos años se creará un grupo muy numeroso de especialistas asociados al programa de investigación en Atapuerca, capaces de investigar cuestiones relativas a los últimos 10.000 años de nuestra historia.

Dos yacimientos, la cueva del Mirador y El Portalón de la cueva Mayor, representan la punta del iceberg de lo que ha de llegar. Este último sitio fue excavado por el arqueólogo vasco José María Apellániz durante los años setenta del siglo pasado. Sus trabajos sacaron a la luz datos que cubren la historia más reciente de nuestra especie, desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Los hallazgos de Apellániz quedaron eclipsados durante algún tiempo por el esplendor de los descubrimientos en la Sima de los Huesos y en los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril. Sin embargo, hace algunos años nos planteamos la posibilidad de continuar con la labor de Apellániz, ya retirado de sus tareas investigadoras. Después de invitarle a conocer los trabajos que desarrollamos en la sierra Atapuerca, le transmitimos nuestro deseo de excavar en el Portalón de la cueva Mayor. Esta cortesía suele ser habitual entre colegas.

El yacimiento de El Portalón de Cueva Mayor fue lugar de enterramiento, pero solo en ocasiones esporádicas. En este lugar, lo más significativo reside en el simbolismo asociado a las inhumaciones. No obstante, la entrada a la Cueva Mayor fue utilizado como lugar de residencia de gentes de diferentes épocas históricas: medievo, imperio romano, Edad del Hierro y Edad del Cobre. Las excavaciones profundizarán hasta épocas anteriores y cubrirán al menos todo el Holoceno (11.800 años antes del presente), a juzgar por el espesor de los sedimentos (unos 30 metros) acumulados en este lugar.

Durante la últimas campañas, los hallazgos arqueológicos en El Portalón han sido espectaculares. Sin duda merecen ser expuestos, una vez terminado su estudio por los especialistas. Durante la campaña de 2014 destaca el hallazgo de un dado fabricado en hueso de época romana, que nos ofrece el aspecto lúdico de los habitantes de la cueva durante la dominación del imperio de Roma. Pero este es solo un ejemplo de la diversidad de objetos hallados en El Portalón usados por sus moradores durante varios milenios.

Por su parte, la cueva del Mirador ha proporcionado datos muy interesantes sobre la vida en la sierra de Atapuerca de los primeros agricultores y ganaderos, con fechas de carbono-14 en torno a los 3.000 a 4.000 años de antigüdad. Los enterramientos en este lugar fueron muy numerosos, aunque representan solo un mínima parte de lo que se espera encontrar en otros lugares de la sierra. Desde el punto de vista de la antropología la mayor novedad reside en la obtención sistemática de ADN de varias docenas de cadáveres recuperados hasta el momento. Los primeros resultados ya han sido procesados y prometen conclusiones de enorme interés sobre el poblamiento de la península Ibérica en esta época. Tendremos ocasión de hablar de esos resultados en los próximos meses.

El programa de investigación en la sierra de Atapuerca tiene que ampliarse para cubrir el período del Holoceno. Las cavidades con sedimentos de esta época aún inexploradas y los centenares de enterramientos que aún quedan por exhumar merecen un esfuerzo adicional para documentar la dinámica del poblamiento de la Meseta Norte de la península Ibérica durante los últimos milenios. Se trata de las últimas 100 generaciones, en las que está representado el árbol genealógico de la mayoría de nosotros.