Quedan ya muy pocos colegas dispuestos a defender el origen de nuestra especie en distintas regiones de África y Eurasia (teoría multirregional). La inmensa mayoría estamos a favor de la hipótesis de un origen único en el continente africano hace entre 200.000 y 250.000 años. Sin embargo, la teoría del origen africano (Eva mitocondrial=”Out of Africa” y otras formas para denominar esta hipótesis) tiene también sus variantes y su debate interno. En el post anterior hablé de nuestra última publicación en la revista “Nature”, donde describimos 47 dientes de los representantes más antiguos de Homo sapiens hallados hasta la fecha fuera del continente africano. Veremos ahora algunas de las inferencias de ese trabajo.
En 2011 Simon J. Armitage y sus colaboradores publicaron un artículo en la revista “Science”, que fue muy importante para el debate científico creado en el seno de la teoría de la Eva mitocondrial. Armitage y sus colegas nos contaron sus hallazgos en el yacimiento de Jebel Faya, situado en la península de Arabia a las puertas del estrecho de Ormuz. En este yacimiento solo aparece industria lítica, muy similar a la que se encuentra en el este de África y en otros lugares de la península de Arabia, con una antigüedad de unos 120.000 años. La cronología de las herramientas de Jebel Faya cubre un rango de 143.000-72.000 años (método del OSL: luminiscencia estimulada ópticamente en partículas minerales enterradas desde hace miles de años). Estos resultados venían a dar la razón a otros investigadores, como Mike Petraglia o Robin Dennell, que han abogado por varias salidas de África en lugar de una única expansión de nuestra especie desde ese continente. En trabajos posteriores otros científicos, como Hugo Reyes-Centeno y su equipo, también han vuelto a insistir en varias salidas de África en momentos distintos, utilizando en este caso información tanto de datos antropométricos como de ADN. Pero, de ser correctas estas ideas ¿cuándo y por dónde se produjeron esas hipotéticas escapadas de África?.
Cuando se postuló la teoría del origen africano de Homo sapiens la lógica de los acontecimientos defendía una única salida por el Corredor Levantino, aprovechando las mejorías climáticas experimentadas en el norte de África hace unos 130.000 años. La barrera del desierto del Sáhara quedó expedita y las poblaciones subsharianas pudieron emigrar hacia el norte. Los yacimientos de Es Skhül y Jabel Qafzeh, en Israel, que tienen una antigüedad superior a 100.000 años, representaban una evidencia fiable para defender esta hipótesis. Los restos fósiles de este yacimiento pertenecen a nuestra especie, aunque todavía conservaron algunos rasgos arcaicos en su cráneo o en los dientes. De lo que no cabe duda es que los miembros de nuestra especie entramos en Europa hace tan solo unos 40.000 años. Sin duda, los neandertales representaron una verdadera barrera biológica para la expansión de Homo sapiens por el Corredor Levantino durante nada menos que 60.000 años.
Pero el Corredor Levantino no fue la única puerta hacia Eurasia. Hace entre 135.000 y 120.000 años la notable mejoría climática en el norte de África y en la península de Arabia vino acompañada por un descenso del nivel del mar, que posibilitó la salida de nuestros ancestros por el estrecho de Bab el-Mandeb, en el cuerno de África, entre los actuales estados de Eritrea y Djibouti (en África) y Yemen (en la península de Arabia). Allí no estaban los neandertales para cortarnos el paso. Una vez cruzado el estrecho brazo de mar que separa África de la península de Arabia, y con unas condiciones climáticas ideales, el viaje hacia el estrecho de Ormuz, la India, el sur de China, Indonesia y Australasia pudo ser cuestión de unos pocos miles de años.
Los humanos modernos nos adaptamos sin problemas a vivir en el sur de Eurasia, que tenía un clima muy similar al africano. El avance hacia latitudes más elevadas, por el contrario, se demoraron miles de años. El hallazgo en la cueva de Fuyan (120.000-80.000 años) demuestra la presencia de seres humanos similares a la humanidad reciente muy poco después de esta hipotética salida por el estrecho de Bab el-Mandeb. Es más, yo apostaría por más de una migración a través de este pequeño brazo de mar lugar en varias ocasiones, quizá durante varios miles de años. Los 47 dientes encontrados en la cueva de Fuyan son prácticamente idénticos a los nuestros. Este hecho es importante y sugiere nada menos que la definitiva evolución hacia seres humanos como los que vivimos actualmente en el planeta pudo suceder fuera de África.
La migración desde el sur de Eurasia hacia el norte del este continente pudo suceder al mismo tiempo que fuimos capaces de apartar a los neandertales y a otras especies pleistocenas de nuestro camino. Solo entonces Homo sapiens pudo adaptarse poco a poco a vivir en latitudes elevadas y consiguió, entre otro logros, atravesar el puente de Beringia para colonizar las Américas. En definitiva, la historia de nuestra especie es mucho más compleja e interesante de lo que se pensó hace unos años, cuando se postuló la teoría del “0ut of Africa”. En los próximos años asistiremos a nuevos descubrimientos, algunos de ellos en el sur de China. La cueva de Fuyan es solo la punta de iceberg de la riqueza arqueológica y paleontológica de este enorme y vasto territorio de China.
Muchas gracias por este magnífico blog. Dos preguntas me surgen después de leer este artículo; por un lado, por qué los neandertales supusieron una barrera para entrar en Europa y los erectus de Asia parece que no lo fueron para la entrada de los hombres anatómicamente modernos. Por otro, se ha hecho mucho hincapié en el aporte genético de los neandertales a la humanidad moderna, pero desconozco si se han hecho los mismos estudios de posibles hibridaciones en Asia con los erectus, y qué implicaciones pueden tener en las variaciones de los restos de tipos humanos hallados en cada continente. Muchas gracias.