La figura de la portada de la revista que acompaña a este texto tiene un valor incalculable para la evolución humana. Además de algunas réplicas de pésima calidad para los estándares actuales y de menos de una docena de originales recuperados al finalizar la segunda guerra mundial, lo único que se conserva de los centenares de restos humanos del Pleistoceno Medio de los yacimientos de Zhoukoudian son las descripciones de Franz Weidenreich y los magníficos dibujos y algunas fotos que acompañan a sus textos.
Franz Weidenreich (1873-1948) se formó en su Alemania natal, donde se encontraba una de las escuelas de anatomía más importantes de aquella época. Sus conocimientos de anatomía humana le llevaron a estudiar los pocos fósiles de homininos recuperados en África y Eurasia. Su aportación más relevante en el ámbito de la paleoantropología fue precisamente el estudio de los increíbles hallazgos en los yacimientos de Zhoukoudian en la colina del Hueso de Dragón, situados a unos 40 kilómetros de los barrios periféricos de Pekín. Weidenreich llegó a la capital de China en 1934 para sustituir al canadiense Davison Black en la dirección honorífica de la excavaciones y el laboratorio donde se llevaban a cabo las investigaciones de los materiales. Weidenreich no tardó en ponerse manos a la obra de dar a conocer los hallazgos que se producían de manera continua en los yacimientos.
Fruto de su esfuerzo, el Servicio Geológico Nacional de China publicó un enorme trabajo de la descripción y comparación de buena parte de los fósiles originales. La revista Paleontología Sínica recogió en 1937 ese trabajo, cuya portada del estudio de los dientes del “Sinanthropus pekinensis” reproducimos en este post. Al finalizar la segunda guerra mundial la paleoantropología de China, como otros ámbitos culturales, se quedó a oscuras para el mundo occidental. Después de la misteriosa pérdida de los fósiles y los útiles líticos recuperados en Zhoukoudian durante la segunda guerra mundial cuando eran trasladados a los Estados Unidos, solo quedaron las descripciones y los magníficos dibujos encargados por Franz Weidenreich. Las copias que se realizaron en los años 1930 eran de escayola. Estas copias volvieron a copiarse una y otra vez para enriquecer las colecciones de los centros de investigación y los muesos, perdiendo fidelidad y calidad después de cada proceso. Resulta frustrante intentar conocer detalles anatómicos importantes de los fósiles de Zhoukoudian a partir de esas réplicas. Las descripciones de Weidenreich son entonces fundamentales para descifrar lo que intentamos comprender delante de una de esas réplicas de escayola.
Franz Weidenreich será siempre recordado como el padre de la teoría multirregional sobre el origen de nuestra especie. Pero también será la referencia obligada para todos los que estudiamos fósiles de China o de cualquier otro lugar de África y Eurasia. Hoy en día, cuando el valor del trabajo de los científicos se mide sobre todo en función de las veces que es citado por sus colegas, no deja de ser curioso el peso del trabajo por Franz Weidenreich en el ranking mundial, 68 años después de su fallecimiento.
José María Bermúdez de Castro.
Comentarios recientes