Seleccionar página

Aspecto de los yacimientos del llamado “Valle de los Neandertales”, en el valle del río Lozoya, junto al embalse de Pinilla

Como expliqué en el post anterior, el 6º congreso de la Sociedad para el estudio de la Evolución Humana en Europa (ESHE) se ha celebrado en Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares. Es imposible resumir cuanto se ha debatido en este congreso, que ha contado con un número muy elevado de comunicaciones científicas de ámbitos diversos de la evolución humana y más de 400 firmas. Algunos de las comunicaciones presentadas eran simples avances preliminares de publicaciones relevantes. Tendremos tiempo de ir conociendo los resultados cuando aparezcan en las revistas científicas correspondientes.

El broche final del congreso ha tenido lugar en el valle de Lozoya, en pleno corazón del sistema Central y en el norte de la Comunidad de Madrid. Durante los años 1970s, mi compañero de universidad Guillermo Molero encontró por casualidad un yacimiento (“Camino”) cerca de la localidad de Pinilla del Valle. Durante la excavación de este lugar se localizaron centenares de fósiles y herramientas del Pleistoceno Superior. El yacimiento cogió notoriedad por el hallazgo de dos dientes humanos de un neandertal adulto. La investigaciones terminaron cuando al responsable de las excavaciones (Francisco Alférez) le llegó su retiro profesional y mis compañeros de universidad no tuvieron oportunidad de engancharse a la profesión académica y científica.

A comienzos del siglo XXI, el arqueólogo Enrique Baquedano, actual director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, retomó las riendas de las excavaciones, junto al geólogo Alfredo Pérez y quién escribe estas líneas. Mi responsabilidad en la dirección del yacimiento fue pasajera (apenas cuatro campañas), porque desatendía otras obligaciones incluyendo las familiares. Mis recuerdos de esos años son magníficos e inolvidables. Se descubrieron otros dos sitios en las proximidades del yacimiento original y todo apuntaba a que los hallazgos continuarían. Y así fue, ya con la co-responsabilidad de mi compañero Juan Luis Arsuaga.

Dientes de un niño/a neandertal hallados en el yacimiento de la Cueva Des-Cubierta, datados entre 38.000 y 42.000 años B.P. Foto del autor, tomada durante el congreso de la ESHE-2016

Dientes de un niño/a neandertal hallados en el yacimiento de la Cueva Des-Cubierta, datados entre 38.000 y 42.000 años B.P. Foto del autor, tomada durante el congreso de la ESHE-2016

Los hallazgos de restos fósiles de fauna y herramientas, datadas en un rango temporal de 70.000 y 140.000, han sido espectaculares. También han aparecido más dientes humanos de los neandertales que cazaron en aquellos espectaculares parajes. El descubrimiento más relevante, por su posible y enigmático significado, ha sido motivo de una comunicación en el congreso de la ESHE. Los dientes y parte de una mandíbula de un niño o niña de unos tres años han sido hallados en el último de los yacimientos encontrados hasta el momento, cuya cronología (42.000-38.000 años) está en el límite de la completa desaparición de los neandertales de Europa.

Según relatan los autores del hallazgo, los restos humanos están cerca de un hogar, lo mismo que los cráneos y cornamentas de diferentes especies de herbívoros. Todo apunta a que el restos del individuos infantil fue removido por alguna corriente de agua. La asociación (y posición) de los restos de animales a las pequeñas hogueras parece intencionada. Además la presencia de restos infantiles en un lugar donde se encuentran restos de animales cazados, herramientas de piedra y varios hogares resulta sorprendente. Los neandertales no enterraban a sus muertos en los lugares de habitación, sino en sitios apartados y alejados de sus abrigos de piedra. La hipótesis que manejan los responsables del yacimiento sugiere algún tipo de ritual funerario. El problema de la movilización de todos los restos por agentes climáticos es un hándicap importante. Pero las investigaciones en ese yacimiento (Cueva Des-Cubierta) todavía pueden aportar mucha luz sobre el comportamiento de los últimos neandertales europeos.

Por José María Bermúdez de Castro