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Poco a poco vamos conociendo más sobre la rápida expansión de Homo sapiens por todo el planeta. Los datos climáticos y otras evidencias apoyan la hipótesis de que los miembros de nuestra especie comenzaron su expansión fuera de África hace unos 120.000 años. Las dos vías de salida, el Corredor Levantino y el estrecho de Bab-el-Mandeb acumulan evidencias de los movimientos de las poblaciones de Homo sapiens hacia Eurasia. En el Corredor Levantino tropezaron con la barrera demográfica de los neandertales. Las dataciones realizadas por doquier sugieren que esa barrera pudo superarse hace tan solo 40.000 años. En ese largo período de tiempo se produjeron hibridaciones entre las dos especies, cuyo recuerdo persiste en nuestro genoma. Por el contrario, la salida a través del estrecho de Bab-el-Mandeb, entre los actuales estados de Djibouti y Yemen, parece que tuvo un éxito inmediato. Se sabe que los babuinos también atravesaron por ese mismo lugar y en esa misma época, por lo que podemos asumir que el estrecho era transitable sin necesidad de mojarse.

Situación del yacimiento de Kaldar, en el actual estado de Irán. Fuente: Scientific Reports.

El yacimiento de Jebel Faya, situado muy cerca del estrecho de Ormuz, contiene datos sobre la presencia de nuestra especie en esa región, que llegan hasta los 125.000 años. Aún asumiendo el error normal de cualquier datación, esa fecha sugiere que la expansión de Homo sapiens por el sur de la península de Arabia fue muy rápido. Si añadimos los datos de la cueva de Daoxian, en el sur de China, con una cronología mínima de 80.000 años, podemos imaginar el éxito de nuestra especie en su movimiento migratorio por el sur de Eurasia. La colonización de Australia no llegaría hasta hace algo más de 40.000 años (yacimiento de Mungo). Para llegar a este continente fueron necesarios ciertos conocimientos de navegación y varios saltos entre islas vecinas. Sorprende que en tan poco tiempo fuéramos capaces de mejorar nuestra tecnología hasta el punto de aprender el arte de navegar.

En Europa se conoce muy bien el recambio de los neandertales por las poblaciones de Homo sapiens, que ha ocupado a docenas de investigadores durante décadas. Sin embargo, la sustitución de las poblaciones asiáticas sigue siendo una asignatura pendiente. Quizá las poblaciones de Homo erectus (y tal vez los de otras especies no reconocidas) ofrecieron menos resistencia que los neandertales. No lo sabemos. Pero no podemos olvidar la hipótesis (sugerida en el post anterior) de que los neandertales se hubieran expandido hasta lugares remotos de Eurasia. Las excavaciones realizadas en la cueva de Kaldar (Irán), situada en el valle de Khorramabad de los montes Zagros, están ofreciendo resultados sumamente interesantes en esa dirección. Los resultados de este proyecto acaban de ser publicados en la revista Scientific Reports por un equipo de científicos de Irán, liderados por Behrouz Bazgir, y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) de Tarragona. Aunque se trata de resultados todavía preliminares, el yacimiento plantea los mismos problemas debatidos por los expertos en numerosos yacimientos de Europa sobre la sustitución de las poblaciones autóctonas por miembros de nuestra especie.

Selección de herramientas de piedra del nivel 4 de Kaldar, atribuidas a Homo sapiens. Fuente: Scientific Reports.

Las dataciones del nivel 4 de la cueva de Kaldar superan los 50.000 años. Ese nivel contiene evidencias de la transición de humanos que fabricaron una industria lítica similar a la ideada por los neandertales (Mousteriense) a nuevos grupos fabricantes de herramientas muy parecidas a las que utilizaron en exclusiva los miembros de Homo sapiens en Europa (Auriñaciense). Aunque los arqueólogos no han encontrado restos humanos, la transición tecnológica del nivel 4 es muy evidente. Los datos medioambientales de esa época no sugieren cambios importantes, que obligaran a los antiguos pobladores a dejar paso libre a los miembros de Homo sapiens. Se abre pues un nuevo capítulo de la historia de nuestra especie, esta vez muy lejos de Europa. Cabe pensar que la resistencia de los neandertales no solo sucedió en el Corredor Levantino y en Europa. La fortaleza y resistencia de esta especie puede inferirse en lugares como la cueva iraní de Kuldar, mientras que en esa misma época algunos miembros de nuestra especie se hacían a la mar para colonizar Australia.

José María Bermúdez de Castro