Han transcurrido diez años desde el hallazgo de un fragmento de mandíbula humana en los niveles inferiores del yacimiento de la Sima de Elefante. Aquel hallazgo se produjo durante la limpieza del corte estratigráfico del yacimiento, que ha permitido evaluar su potencial y diseñar su explotación para lo que resta de siglo. El descubrimiento fue por ello sorprendente.
La mandíbula se encontró a una profundidad de unos 15 metros desde el techo de la cueva. Su datación, estimada entre 1,3 y 1,1 millones de años, convirtió a este fósil en el resto humano más antiguo de Europa. La portada de la revista Nature mostraba el fósil en marzo de 2008. La atribución provisional a este fósil a Homo antecessor en aquel artículo fue finalmente rectificada por nosotros mismos en 2011. No teníamos evidencias suficientes y todo se quedó en un lacónico Homo sp. (especie indeterminada). Esperábamos encontrar más evidencias en el nivel nueve (TE9) de la Sima del Elefante, para decidir el nombre de la especie. Pero la suerte nos fue esquiva. Aparte de una falange, encontrada a pocos centímetros de la mandíbula, no hemos vuelto a obtener nuevos restos humanos.
Desde aquel hallazgo, los esfuerzos para conocer mejor el yacimiento han sido impresionantes. Se han removido toneladas de roca para conocer los límites del yacimiento. Ahora se sabe que la construcción de la Trinchera del Ferrocarril afínales del siglo XIX tan solo rozó la Sima del Elefante y que la mayor parte del yacimiento que contiene apenas sufrió daños. También se han eliminado los derrubios dejados por la construcción de la trinchera. Algunas herramientas de sílex han seguido certificando la presencia humana en una época anterior al millón de años. Pero poco más. Damos por seguro de que los humanos de aquella época apenas tuvieron relación con las cavidades de la sierra de Atapuerca. Quizá no necesitaron el abrigo de las entradas de las cuevas. Su vida transcurría siempre al aire libre. De ser así, es una mala noticia para quienes estudiamos las primeras etapas de la evolución humana en Europa. Los restos esqueléticos que quedan a la intemperie se reciclan con enorme rapidez. Se han encontrado herramientas en antiguas terrazas de algunos ríos de Francia, que se proclaman como las más antiguas del continente. Casi nadie niega la posibilidad de que hace 1,5 millones años Europa ya estuviera habitada por alguna especie de hominino. Pero faltan sus restos esqueléticos para conocer el aspecto de estos humanos y decidir sobre su asignación taxonómica.
La Sima del Elefante tendrá que ser excavada desde el nivel más alto hasta alcanzar de nuevo el nivel TE9 en toda su amplitud. Será una labor de docenas de años, que llevarán a cabo las siguientes generaciones. El trabajo de todas estas últimas campañas ha mostrado el camino a seguir y ayudará a planificar las excavaciones del futuro.
Queda pues la incógnita del nombre específico de los primeros europeos. Muchos apostarán por Homo erectus. Especialmente quienes consideran que esta especie fue la que salió por primera vez de África (yacimiento de Dmanisi, Georgia) hace unos dos millones de años. Pero no todos estamos de acuerdo con esa forma de pensar. Los homininos de Dmanisi tienen similitudes evidentes con los humanos más antiguos del género Homo. En mi opinión, los humanos de Dmanisi se encuentran a medio camino entre Homo habilis y Homo ergaster. Así que parece razonable esperar a que se produzcan nuevos hallazgos en Europa. Es posible que nos llevemos alguna sorpresa.
José María Bermúdez de Castro
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