Seleccionar página

Quizá sorprenda el hecho de que con pocos días de diferencia hayamos conocido el hallazgo en Italia y España de herramientas de madera fabricadas por los neandertales. Puesto que la conservación de este tipo de útiles es excepcional, merece la pena que vuelva a insistir en el hallazgo, que acaba de dar a conocer la revista PLoS ONE. Joseba Ríos, líder la publicación, es compañero en el CENIEH y dirige las excavaciones al aire libre de Aranbaltza, en Barrika, Bizkaia, no lejos del casco urbano de Bilbao.

El arqueólogo Joseba Ríos (CENIEH), en 2017, mostrando una herramienta de piedra hallada en 2017. Fuente: Paleorama.

 

En una de las secuencias de Aranbaltza, catalogada con el número III, se llevó a cabo entre 2014 y 2015 una excavación testigo de dos metros cuadrados. En esa secuencia se determinaron hasta seis unidades litoestratigráficas bien definidas. En la unidad 4, formada por arenas y arcillas depositadas en llanuras de inundación, aparecen herramientas de piedra de clara manufactura neandertal, junto a dos herramientas de madera. Una de ellas, fabricada en madera de tejo (Taxus baccata), apareció en 2017. El tejo, es un árbol milenario de madera dura y propiedades contradictorias. Las sustancias químicas que produce pueden ser útiles tanto para curar ciertos tipos de cáncer (taxol), como producir un potente veneno cardiotóxico (taxina). El tejo es un árbol de regiones húmedas, crecimiento lento, gran longevidad y madera apreciada por su dureza. Los neandertales lo sabían y por eso la utilizaron. También conocían que con tratamiento térmico podrían conseguirse las formas deseadas.

Piezas de madera de unos 70.000 años de antigüedad de Aranbaltza III; Barriko, Bizkaia. Fuente: PLos ONE.

 

Definitivamente, los neandertales aprendieron a cavar para buscar diferentes alimentos en el subsuelo, como demuestra las marcas observadas con microscopio de una de las herramientas encontradas en Aranbaltza III. La cronología de la secuencia de este lugar se ha estimado mediante el método de luminiscencia (OSL) entre 137.000 y 50.000 años, con una edad de unos 70.000±8.000 años para la unidad 4. Así que las herramientas fueron realizadas justo cuando la bonanza climática de Pleistoceno tardío llegaba a su fin y comenzaba la llamada “Edad del Hielo” (en realidad, la última fase glacial del Pleistoceno). Las poblaciones neandertales encontraron seguramente buen refugio en lugares próximos a la costa, atemperados por la proximidad del mar.

 

El yacimiento de Aranbaltza se une así a los yacimientos de Schöningen, Lehringen y Bad-Cannstatt (Alemania), Clacton (Reino Unido) y Poggetti Vecchi (Italia). En Lehringen y Clacton, las herramientas también fueron realizadas con madera de tejo, por lo que aquellas poblaciones conocían las propiedades de la madera, lo mismo que conocían los minerales para realizar sus herramientas de piedra.

 

Un último apunte sobre este hallazgo en Euskadi. Las editoriales científicas son verdaderas empresas, como quizá muchos lectores/as sepan o puedan imaginar. Una noticia científica de relevancia puede hacer subir las ventas de las revistas, cuyo impacto social en el ámbito de la ciencia está perfectamente tabulado. Las herramientas de Poggetti Vecchi se han publicado en PNAS, con pocos días de antelación a las herramientas de Aranbaltza. Con independencia de la fecha del hallazgo, lo importante es la rapidez en el estudio que, según me consta, fue mucho mayor en el caso del yacimiento de Euskadi. Pero la revista PNAS, que tiene bastante más impacto que PLoS ONE, consiguió llevarse “el gato al agua” y ganar la partida.

 

Sabiendo esto, hay que ser justo y otorgar los mismos méritos a los científicos que (aunque no siempre) son ajenos a tales intereses comerciales, poco deseables en una profesión tan vocacional como la Ciencia. Así que aplaudimos el esfuerzo investigador de todos ellos y la suerte ahora de poder contar un hallazgo tan importante como el de Aranbaltza, que puede leerse libremente en la revista PLoS ONE.

 

José María Bermúdez de Castro