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A finales de la campaña de 2012 el equipo investigador de Atapuerca localizó una acumulación de restos arqueológicos y paleontológicos en el nivel TD10 del yacimiento de la cueva de la Gran Dolina. Esta acumulación ya se había detectado nada menos que 20 años antes, durante la ejecución del sondeo arqueológico realizado en este yacimiento para su peritaje. En 1993 todavía no conocíamos ni la antigüedad de esta acumulación ni su valor para la prehistoria europea. Ahora sabemos que lo hallado entonces se depositó hace algo más de 400.000 años y que los autores de tales deshechos fueron los antecesores de los neandertales.
En campañas anteriores ya se habían excavado dos acumulaciones en el mismo nivel TD10, pero de menor antigüedad. Los habitantes de la sierra de Atapuerca ocuparon la entrada de la cueva al menos en tres períodos del Pleistoceno medio y formaron verdaderos campamentos de larga duración. Durante sus estancias en la cueva dejaron miles de restos a modo de basura del pasado.
Reflex-16bEste año nos toca recuperar los residuos abandonados por los grandes cazadores que habitaron el abrigo de la entrada de la Gran Dolina, cuyos restos fosilizados se están obteniendo año tras año en el yacimiento de la Sima de los Huesos. Aquellos humanos fabricaban bifaces, picos y hendedores, los utensilios característicos de la tecnología Achelense. Pero junto a estos útiles también aparecerán otros de manufactura más compleja. La revolución tecnológica estaba en marcha, aunque su cronología no es idéntica en toda Europa. Los fenómenos de aislamiento tanto biológico como cultural durante el Pleistoceno medio fueron la norma en un continente plagado de barreras geográficas.
En TD10 ya hemos hallado las herramientas que mucho más tarde formaron parte del utillaje habitual de los neandertales (Musteriense) junto a otras de manufactura más arcaica. Es como si en un yacimiento arqueológico de hoy en día se depositaran los restos de viejas máquinas de escribir junto a los discos duros de potentes ordenadores.
Nos preguntamos si los antecesores de los Neandertales fueron capaces de realizar por sí mismos una gran revolución tecnológica o si las ideas les llegaron de otros lugares. Yo apuesto por la primera hipótesis. En mi opinión, la mente de los antiguos pobladores de Europa se fue forjando en un ambiente muy hostil, sometida a fuertes presiones de la selección natural. La vida nunca fue sencilla, condicionada por los rigores climáticos, la estacionalidad y la presencia de competidores. Su interacción tanto con el medio como con sus propios congéneres debió de decisiva para la evolución de la tecnología.