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Neandertales: ¿cazadores organizados e implacables?

Dibujo de una manada de Mammuthus primigenius, junto a un ejemplar de rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatus). Según versión de Mauricio Antón.

Por supuesto, nadie puede poner en duda de las notables capacidades cinegéticas de los neandertales, que fueron capaces de perdurar como especie en las complejas circunstancias que conllevaron los cambios climáticos del hemisferio norte.  Sin embargo, en ocasiones queremos llevar nuestras conclusiones a posiciones extremas. En ese punto podemos equivocarnos.

La isla de Jersey, frente a las costas de Normandía, no siempre ha estado totalmente rodeada de agua. Durante los últimos 10.000 años la erosión marina borró un par de islas y la estrecha franja de tierra que unían este territorio al continente. De este modo, Jersey dejó de ser una pequeña  península de la costa de Normandía. No lejos de allí, en las playa de Utah y Omaha y en otros lugares de la costa se produjo la mayor invasión de tropas de todas la historia. Pero mucho antes de que estos lugares se hicieran famosos por hechos tan cruentos, los neandertales vivieron en Jersey durante miles de años aprovechando las bondades del clima suave de las costas de Normandía.

La cueva de Saint Brelade, en la isla de Jersey, sirvió de refugio a los neandertales desde hace 250.000 años hasta hace unos 47.000 años, casi en la frontera temporal de su desaparición. En lengua normanda, la palabra “cueva” se escribe “cotte”, por lo que desde siempre este lugar ha sido conocido como la Cotte de St. Brelade. La ocupación de la cueva no fue continua, pero los neandertales siempre volvían cuando las condiciones climáticas lo permitían. Las excavaciones en la cueva comenzaron en 1910 bajo la dirección de Robert R. Marett, a quién pronto se unió Sir Arthur Smith Woodward, director del Museo de Historia Natural de Londres. Se hallaron algunos dientes humanos de aspecto primitivo, más tarde atribuidos a los neandertales, y todo tipo de utillaje de la cultura de esta población. Pero en 1914 la primera guerra mundial dio al traste con este y otros cientos de proyectos científicos.

La Cotte de St. Brelade, en la isla de Jersey

Las excavaciones en la Cotte de St. Brelade no se retomaron hasta los años 1960-1970 por la Universidad de Cambridge. Aquellas excavaciones localizaron un apilamiento muy importante de fósiles de rinocerontes y mamuts lanudos, que dio rienda a la imaginación de los investigadores. Katherine Scott publicó en 1980 sus conclusiones sobre la caza masiva de estos animales, empujados por los neandertales hacia los acantilados, en una cacería perfectamente organizada. Esta hipótesis no era sino un fiel reflejo de lo que los humanos actuales hemos llevado a cabo en tiempos recientes, mediante métodos de acoso muy sofisticados. La hipótesis fue muy debatida, pero ha permanecido en el imaginario colectivo durante todos estos años ¿Serían los pequeños grupos de neandertales capaces de organizarse para conseguir manejar grupos tan numerosos de mamuts y rinocerontes hasta empujarlos por un acantilado?

En un trabajo publicado el pasado 18 de noviembre en la revista Journal of Human Evolution, Geoff M. Smith concluye que la presencia de los neandertales en la Cotte de St. Brelade fue disminuyendo con el paso del tiempo. Las ocupaciones no fueron tan intensas y continuadas como en un principio se pensó. Los neandertales consumieron ocasionalmente la carne de estos grandes animales, pero la presencia de la actividad de carnívoros en la cavidad también es significativa. En otras palabras, sin restar ni un ápice a las habilidades cinegéticas de los neandertales y su consumo frecuente de carne, un hecho bien contrastado en docenas de yacimientos y mediante el análisis isotópico de sus restos fósiles, tenemos que rebajar el tono en lo que se refiere a los métodos empleados en la captura de animales. No cabe duda de que los neandertales y sus antecesores fueron muy hábiles en la caza mayor, porque su subsistencia dependía en muchos momento de ello. Pero tampoco podemos olvidar que la dieta de los neandertales incluía plantas, peces, anfibios, aves, huevos de estos animales y hasta invertebrados marinos.

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