Entre 1993 y 1999 los componentes del Equipo Investigador de Atapuerca realizamos un sondeo arqueológico de 6 metros cuadrados en el yacimiento de la cueva de la Gran Dolina (TD: Trinchera Dolina). Los objetivos eran diversos, aunque el más importante era demostrar la presencia humana en Europa antes del medio millón de años. Este objetivo se cumplió con creces gracias a el hallazgo de fósiles humanos en el nivel TD6 (850.000 años).
Sin embargo, teníamos otros objetivos no menos interesantes. Cuando se excava un yacimiento nunca sabes lo que puedes encontrar. Los resultados pueden ser pobres o extraordinarios. Pero al menos debemos conocer el potencial de la excavación, donde se tiene que invertir tiempo y dinero. El sondeo en Gran Dolina contaba con la ventaja de que la trinchera realizada a finales del siglo XIX para el paso del ferrocarril minero había dejado al descubierto buena parte de la secuencia del yacimiento. Desde el andamio que se montaba cada año para alcanzar los niveles más altos de la secuencia estratigráfica se veían algunos fósiles, que la erosión dejaba al descubierto. Las duras condiciones climáticas de Burgos amenazaban con destruir todos los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril. La excavación del yacimiento de la Gran Dolina parecía una apuesta segura. El sondeo realizado en la década de 1990 serviría para saber que niveles tenían un mayor potencial. Si la riqueza del yacimiento era apropiada podríamos pedir a las autoridades que protegieran aquel lugar de la intemperie.
Para llevar a cabo el sondeo arqueológico se eligió un equipo de siete arqueólogos y paleontólogos con experiencia y pericia. Entre ellos estaba Aurora Martín, que en 1994 encontró los primeros dientes de Homo antecessor. Pero antes de ese acontecimiento, el equipo tuvo que excavar los niveles TD10, TD9, TD8 y TD7 El nivel TD11, en la parte más alta de la secuencia, es prácticamente estéril. Cuando la cueva se estaba colmatando con los sedimentos del nivel TD11 los humanos ya no podían entrar en la cueva, que se transformó en un cubil para predadores de tamaño mediano y pequeño. Su excavación, realizada entre 1991 y 1993, fue relativamente rápida.
Los sedimentos del nivel TD10 se fueron depositando lentamente a lo largo de 200.000 años, un período en el que la cueva de la Gran Dolina estuvo habitada por humanos durante largos períodos de tiempo. Durante el sondeo se detectaron tres fases de posible ocupación. Las dos más recientes han proporcionado miles de fósiles y artefactos en las excavaciones de los últimos 20 años. En 2015 estamos entrando en la tercera ocupación, cuya cronología coincide con la última obtenida en la Sima de los Huesos (430.000 años). Se trata de la primera ocupación de secuencia de TD10 y, por tanto, la más antigua. Los restos fósiles y las herramientas de esta posible ocupación quedaron sepultados por una caída masiva de rocas del techo de la cueva. Durante la segunda quincena de junio y los primeros días de julio de esta campaña se ha realizado un esfuerzo titánico para eliminar esas rocas. Los fósiles y las herramientas comienzan a ver la luz. Aunque el estudio minucioso de esta ocupación aún tardará en llegar, ya se formulan las primeras hipótesis sobre el terreno en los corrillos que se forman tras cada nuevo hallazgo. Es evidente que los humanos ocuparon la cavidad hace unos 400.000 años. Así lo atestiguan las herramientas encontradas hasta el momento. Pero también están apareciendo restos fósiles de algunos carnívoros y de herbívoros mucho más enteros de lo que cabría esperar del proceso de carnicería habitual de los humanos de entonces.
En efecto, nuestros antepasados del Pleistoceno Medio aprovechaban todo lo que podían de sus presas, de modo que resulta muy difícil identificar las especies capturadas. Los huesos suelen aparecer rotos en mil pedazos, por que incluso resulta complicado saber si el fragmento de hueso era de un fémur o de una tibia, por ejemplo. Si algunos huesos del último nivel arqueológico de TD10 están más completos y se detecta un cierta cantidad de restos de carnívoros, es posible que la cavidad fuera utilizada de manera alternativa por grupos humanos (campamentos) y por carnívoros (cubiles). Habrá que esperar hasta que el nivel TD10 esté finalizado. Las previsiones apuntan a que esto sucederá en 2016.
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