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Por quinto año consecutivo, la Sociedad Europea para el Estudio de la Evolución Humana (ESHE, según sus siglas en inglés) ha reunido a sus miembros para presentar las investigaciones en curso, intercambiar ideas, formalizar grupos de trabajo interdisciplinares, etc.

Equipo de Antropología Dental del proyecto Atapuerca, ubicado en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos y en la “University College” de Londres. La foto está tomada el 12 de septiembre delante del Museo de Historia Natural de Londres. De izquierda a derecha: Cecilia García, Mario Modesto, Marina Martínez de Pinillos, JMBC, María Martinón y Laura Martín-Francés.

La ESHE nació con la idea de que Europa tuviera su propia sociedad para el estudio de la evolución humana. Estados Unidos tiene una sociedad similar desde hace nada menos que 84 años, aunque enfocada sobre todo a la antropología física de las poblaciones recientes. Su prehistoria no tiene más de 16.000 años. Sin embargo, había que cruzar el charco y gastar una considerable cantidad de dinero para presentar nuestras investigaciones sobre los fósiles encontrados en Europa. La sociedad de EEUU es tan grande y sus congresos tan mastodónticos que los trabajos pasaban casi inadvertidos. Era el momento de que Europa creara su propia sociedad y su congreso anual ¡¡Tanto nos cuesta pensar en la unidad europea!! Hasta para las cuestiones científicas tenemos que recurrir a la sociedad americana. ¡!!Pero si nuestro continente fue colonizado hace un millón y medio de años!!!

Espero y deseo que la ESHE tenga un recorrido al menos tan longevo como el de la sociedad de EEUU. Este año nuestro congreso ha tenido lugar en Londres entre  el 10 y el 12 de septiembre. Buen lugar para una reunión de la ESHE. Las jornadas de trabajo se han celebrado en el “British Museum” y la cena de clausura en el “Natural History Museum” ¿Dónde encontrar lugares tan emblemáticos en EEUU? Para broche final, una visita a “Down House”, la casa donde Charles Darwin pensó sobre la teoría de la evolución y donde escribió su famoso libro “El Origen de las Especies”. También hubo una visita a cierto lugar en una terraza del Támesis, donde en 1935 apareció el primer resto de uno de los fósiles más antiguos del Reino Unido: el cráneo de Swanscombe.

La ESHE cuenta ya con unos 400 miembros y sigue creciendo. Para una ciencia minoritaria como la nuestra ese número es importante. Es más, la ESHE atrae a varios colegas de EEUU, que presentan sus trabajos en Europa. Sobre la reunión de este año me gustaría destacar dos cuestiones. En primer lugar, el crecimiento de las investigaciones sobre el ADN antiguo, que han ocupado casi el 10% de las presentaciones orales. Es evidente que las facilidades para conseguir ADN han mejorado mucho, a pesar del coste tan elevado que supone tener una instalación científica dedicada a esta línea de trabajo. Algunos países se lo pueden permitir, sabiendo que el éxito de sus investigaciones está asegurado en la mejores revistas científicas. Uno de las presentaciones estaba dedicada a los primeros resultados  sobre el ADN nuclear de los fósiles de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca.

Recordemos que en 2014 la revista Nature anunció el hallazgo del ADN mitocondrial (ADNm) en un fémur de la Sima de los Huesos (Fémur XIII). Se trataba del ADN más antiguo recuperado hasta el momento en el registro fósil (430.000 años). El ADNm ha vuelto a obtenerse en cuatro de los cerca de 7.000 ejemplares recuperados en la Sima de los Huesos y los resultados siguen siendo muy similares. Este hecho sugiere una relación muy estrecha (quizá de parentesco) entre los humanos de la Sima de los Huesos, como vienen anunciado los resultados sobre la morfología de los dientes y de los huesos desde hace años. Sin embargo, el ADNm no resuelve ni el origen ni la descendencia de los humanos de la Sima de los Huesos. La relación de estos humanos con los denisovanos (conclusión de 2014) es interesante, pero no concluyente. Así que no queda más remedio que intentar obtener ADN nuclear. Mathias Meyer, alumno aventajado de Svante Pääbo, es el responsable de lograr esta proeza. El ADN nuclear obtenido por el momento es relativamente escaso. Pero los resultados preliminares (comunicados en la ESHE) concuerdan con las investigaciones sobre la morfología de todas las regiones anatómicas. Los humanos de la Sima de los Huesos están emparentados con los neandertales, quizá en línea directa. Quedan muchos flecos y mucha investigación por delante para concluir sobre el origen de esta población. Pero el paso adelante es gigantesco. Seguramente llegarán más y mejores resultados sobre el ADN nuclear y un nombre definitivo para la especie representada en la inmensa colección de la Sima de los Huesos de Atapuerca.

La segunda sorpresa de la ESHE fue conocer en directo la noticia de la propuesta de una nueva especie del género Homo (Homo nadeli) en Sudáfrica. El tema es tan interesante y peculiar, que merece su propio post. Por último, un detalle importante: el próximo congreso de la ESHE se celebrará en Madrid en 2016.