La revista PLOS ONE acaba de publicar un nuevo e interesante hallazgo, esta vez en un yacimiento clásico de Italia: Isernia La Pineta. Este lugar, situado en el centro-sur de la península Itálica, se descubrió en 1978 y fue motivo de debate tanto por sus excelentes hallazgos como por su posible antigüedad. La mejor noticia para este yacimiento es que conserva sedimentos de origen volcánico y su datación por medio del método del 40Ar/39Ar es muy fiable. Los datos en Isernia apuntan a una cronología de poco más de 600.000 años, que convierten a este yacimiento en uno de los más antiguos de Italia.
Se trata de un yacimiento al aire libre, donde los humanos de comienzos del Pleistoceno Medio dejaron muestras de sus habilidades predadoras. Abundan sobre todo los restos fósiles de bisontes, aunque también hay restos de elefantes, rinocerontes, hipopótamos, varias especies de ciervos y jabalies. En el yacimiento, que tiene varios niveles bien diferenciados, también se localizan restos de predadores: panteras y leones, junto a algunos restos de oso. El estudio de los restos fósiles ha permitido conocer las habilidades cinegéticas de nuestros antepasados europeos, así como su destreza para descarnar los animales abatidos.
Hasta el momento no se había encontrado ningún resto humano en Isernia, un hecho casi esperable en un lugar de campamento y despiece de animales. Pero, finalmente, los investigadores del yacimiento han localizado un diente de leche. Pudo tratarse de un diente caído en vida, algo que cada vez parece más común en yacimientos de esta época. La raíz había comenzado el proceso de reabsorción, un fenómeno que precede a su muda por los dientes definitivos. Por ese motivo, se puede especular que ese diente perteneció a un niño o a una niña de entre 5 y 7 años de edad, si consideramos que aquellos humanos tenían un modelo de desarrollo dental similar al nuestro. Hoy en día sabemos que el modelo actual no es aplicable a épocas tan remotas, pero ese dato no es lo más importante de este hallazgo. La cronología de este diente ha podido estimarse de manera muy precisa entre 583.000 y 561.000 años, gracias a la fiabilidad del método del 40Ar/39Ar.
En Isernia se han encontrado herramientas de manufactura muy primitiva, que los expertos encuadran en lo que se denomina Modo 1. Se trata de un concepto “tecnológico”, que incluye herramientas poco elaboradas y que carecen de los patrones estandarizados del achelense (Modo 2). Recordemos que las herramientas halladas en el nivel TD6 del yacimiento de la cueva de la Gran Dolina, en la sierra de Atapuerca (850.000 años), también se clasifican en el Modo 1. La tecnología achelense se ideó en África hace aproximadamente 1,7 millones de años, pero pudo tardar algo más de un millón de años en llegar a Europa. En efecto, hace tan solo un par de años se consideraba que el achelense podía haber aparecido en Europa hace unos 600.000 años. No obstante, es posible que esta idea cambie en un futuro no muy lejano. Mi colega Eudald Carbonell, especialista en tecnología lítica y co-director de Atapuerca, considera que el achelense es algo más que hablar de bifaces y hendedores, y que alguna variante arcaica del Modo 2 pudo llegar a nuestro continente hace unos 800.000 años. Veremos si se confirman las dataciones de yacimientos de explotación reciente, como el de la Boella, muy cerca de la ciudad de Tarragona, que parece situarse en esas épocas tan remotas del Pleistoceno. En ese yacimiento han aparecido herramientas notablemente más complejas que las encontradas en Gran Dolina-TD6. Esas herramientas pueden clasificarse en una forma arcaica de achelense. Por todo ello y tanto desde el punto de vista de la arqueología como de la paleoantropología, las evidencias apuntan a una mayor complejidad en los modelos que se han venido considerando en los últimos años para explicar el poblamiento de Europa durante el Pleistoceno.
Las hipótesis que se pueden plantear para esa colonización son ciertamente dispares. Algunos investigadores apuestan por la desaparición completa de los pobladores europeos durante una época muy fría acontecida en los inicios del Pleistoceno Medio, hace aproximadamente entre 760.000 y 620.000 años. Ese hecho habría facilitado una nueva colonización por homininos que conocían la tecnología achelense bien elaborada. Sin embargo, es posible que los humanos que poblaban Europa en el Pleistoceno Inferior hubieran sobrevivido en refugios con microclimas favorables del sur de Europa. Así los plantean los autores del artículo publicado en PLOS ONE, liderado por el profesor Carlo Peretto. La existencia del cráneo de Ceprano (Italia), de rasgos muy arcaicos y de una antigüedad considerablemente menor que el diente de Isernia, abogan por esa hipótesis. Europa pudo estar ocupada por poblaciones (especies) distintas durante un par de cientos de miles de años y no se pueden descartar hibridaciones, en caso de que esas poblaciones procedieran de un origen común no muy distanciado en el tiempo.
Si el poblamiento de Europa parecía una historia relativamente sencilla hace solo algunas décadas, los nuevos hallazgos en las penínsulas Ibérica e Itálica (herramientas y fósiles humanos) parecen abrir nuevos interrogantes y plantean hipótesis alternativas sobre la continuidad o discontinuidad del poblamiento de Europa. Los próximos años se me antojan apasionantes. Habrá nuevas sorpresas y un debate que no tiene visos de cerrarse.
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