Las ilustraciones de especies extinguidas son tremendamente sugerentes, en particular cuando son realizadas por excelentes profesionales. Es el caso del paleo-ilustrador ucraniano Roman Yevseyev. Estas ilustraciones están basadas no solo en habilidades artísticas, sino en un conocimiento extraordinario de lo que se sabe sobre la anatomía de las especies del pasado. No quería dejar de compartir la imagen que acompaña a este texto, dedicada al posible aspecto de la cara de uno de los individuos recuperados en el yacimiento de Dmanisi, en la República de Georgia.
El cráneo número 5 de este yacimiento, datado en cerca de 1,8 millones de años, se completó con el hallazgo de los restos etiquetados con las siglas D 2600 (mandíbula) y D 4500 (neurocráneo y cara superior). Se trata de uno de los cráneos mejor conservados del registro fósil. Los restos pertenecieron a un varón de mediana edad, con un cerebro pequeño de poco más de 600 centímetros cúbicos, un esqueleto facial muy desarrollado y dientes de gran tamaño. En particular, las raíces de sus caninos son tan largas y gruesas, que necesitan alojarse en un hueso alveolar de dimensiones exageradas. Su hallazgo en el yacimiento de Dmanisi ha dado lugar a un encendido debate, atizado por el hecho de los otros cuatro cráneos del yacimiento son significativamente más pequeños y menos robustos. El conjunto podría representar a cuatro hembras y un macho de la misma especie con un dimorfismo sexual muy acusado o a dos especies diferentes. El equipo oficial que excava e investiga el yacimiento de Dmanisi se inclina por la primera hipótesis. La estratigrafía del yacimiento es muy compleja y el nivel fosilífero podría haberse depositado en momentos distantes en el tiempo. Pero los expertos que excavan el yacimiento argumentan que todos los restos fósiles encontrados hasta la fecha son contemporáneos. Los miembros del equipo oficial de Dmanisi piensan que la existencia de dos especies humanas en el mismo ecosistema es difícil de sostener. Para rebatir esta hipótesis tendríamos que fijarnos en los yacimientos del este de África de un período similar. Las especies Homo habilis, Homo ergaster y Homo rudolfensis no tuvieron problemas para coexistir en el mismo hábitat.
Por otro lado, los miembros del equipo oficial de Dmanisi se han inclinado por adscribir todos los individuos de Dmanisi a la especie Homo erectus. De acuerdo con su criterio, Homo erectus habría vivido en África y Asia desde hace unos dos millones de años hasta hace unos 100.000 años y su variabilidad morfológica sería enorme. Otros expertos sostienen que Homo erectus solo habitó en Asia, al tiempo que se discute sobre la asignación taxonómica de los homininos de Dmanisi. En 2000, la paleo-antropóloga Marie Antoinette de Lumley propuso el nombre Homo georgicus para los homininos de Dmanisi, basándose en la peculiar morfología de la mandíbula D 2600. El resto del cráneo apareció cinco años más tarde, confirmando la extrema robustez de aquel specimen.
Tal vez ajeno a estos debates, Roman Yevseyev ha realizado una excelente recreación del aspecto en vida del propietario del cráneo 5 de Dmanisi. Su mirada causa cierta desazón. Pero, sin duda, lo más inquietante es saber que la humanidad actual tiene en su genealogía a humanos con una apariencia seguramente muy similar a la que Yevseyev ha revivido del pasado.
José María Bermúdez de Castro
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