Sudáfrica atesora un conjunto extraordinario de yacimientos arqueológicos y paleontológicos, en los que puede estudiarse una gran parte de la genealogía humana. La gran cantidad de cuevas existentes en Sudáfrica ha preservado las evidencias de diferentes épocas. Este país presume de ser cuna de la humanidad. Sin duda, Sudáfrica es un paraíso para quienes se interesan por el estudio evolución humana.
En la costa más septentrional de África pueden encontrarse enormes bocas de cuevas esculpidas por el mar, en cuyo interior se conservan sedimentos del Pleistoceno. Una de esas cavidades, Klasies River Mouth (provincia de Cape), contiene evidencias arqueológicas y paleontológicas, que cubren un rango temporal de entre 120.000 y 75.000 años. Los ascensos y descensos del nivel del mar han alterado los yacimientos y una buena parte de los testimonios de la vida de nuestros ancestros se la llevaron las corrientes marinas. Klasies River Mouth está formado en realidad por siete yacimientos, cinco de los cuales son contiguos (1, 1A, 1B, 1C y 2), mientras que otros dos yacimientos (1D y 5) están separados del conjunto principal por 200 metros y dos kilómetros, respectivamente. Las piezas recuperadas sin rigor científico por Paul Haslem y Ludwig Abel alertaron a los especialistas de la posible riqueza arqueológica de Klasies River Mouth. Las excavaciones sistemáticas comenzaron en 1960 y se han llevado a cabo de manera intermitente desde entonces bajo la dirección de diferentes especialistas.
Las herramientas de piedra más antiguas de estos yacimientos corresponden a la tecnología que los expertos han denominado de manera genérica “Middle Stone Age”. A grandes rasgos, esta tecnología se correspondería con el musteriense en Europa. El Middle Stone Age parece tener raíces profundas en África y se considera un paso adelante con respecto a la tradición Achelense de picos, bifaces y hendedores. Las herramientas de la Middle Stone Age se encuentran asociadas a fósiles que los especialistas identifican con el origen de nuestra especie, así como con restos más recientes, indudablemente pertenecientes a Homo sapiens. Es el caso de Klasies River Mouth.
Estos yacimientos testimonian un comportamiento moderno de quienes habitaron las cuevas, al parecer de manera estacional. Hay evidencias del consumo de peces y mariscos, recolección de plantas y de caza de animales de mediano tamaño (focas, pingüinos, ciertas aves y antílopes). Por supuesto, aquellos humanos no solo conocían el fuego, sino que lo dominaban perfectamente. También hay evidencia de canibalismo, a juzgar por algunos restos humanos quemados y mezclados con los otros animales.
La morfología de los restos humanos es claramente moderna y no hay dudas de su pertenencia a nuestra especie. Hace 120.000 años ya nos estábamos marchando de África por el estrecho de Bab el-Mandeb. Pero al mismo tiempo nuestra especie evolucionaba en distintas regiones de África. Hoy en día, los africanos son descendientes de aquellas poblaciones del Pleistoceno, que no se mezclaron con los pobladores de Eurasia: Neandertales, Denisovanos y tal vez otros grupos humanos, como expliqué en el post anterior. Si buscamos la mayor pureza genética de nuestra especie, la encontraremos en las poblaciones africanas actuales. Los antiguos habitantes de las cuevas de Klasies River Mouth probablemente dieron origen a los grupos humanos que todavía sobreviven con un estilo de vida ligado a la naturaleza, como los bosquimanos.
José María Bermúdez de Castro
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